Vistas de página en total

miércoles, 2 de julio de 2014

Reflexiones de Mariam

                                Todo cambió con mi triste suspiro 

Hay momentos en la vida que lo diferencia todo. A veces es una sonrisa, otras una mirada o un simple pensamiento. Nunca he sido capaz de ver más allá de lo que ven mis ojos, nunca he visto a alguien más allá del físico, pero todo cambió. Ya no juzgo a las personas por las apariencias sino por su personalidad. Qué más da que él sea físicamente lo que busco, qué más da que nos veamos bien juntos si nuestros corazones no laten a la misma velocidad. Si fuera otra persona me hubiera lanzado a sus brazos sin pensarlo, sin embargo soy yo misma y me sentiría culpable si me engañara y nos engañara a ambos en una relación sin futuro porque no hay amor es solo atracción, esa podría ser la razón por la cual no me arriesgué a descubrir hasta donde podríamos llegar, por eso no quise volver a verte, por eso no quise arriesgarme a romper mi racha porque no nos merecíamos. Tú no eras para mí y yo menos para ti. ¿Qué razón me diste para que yo siguiera queriéndote? La respuesta es simple: ninguna, simplemente tu no me quisiste desde el principio. ¿Qué sentido hubiera tenido convertirme una más de las tantas chicas a las cuales usabas y tirabas? ¿Qué sentido hubiera tenido? Dime. Ninguno. No éramos compatibles y no por gustos y afinidades como yo pensaba sino por sintonía de nuestros sentimientos aunque con el paso del tiempo me he dado cuenta de que me equivocaba. Sí, era yo la equivocada. Creí quererte, la verdad me costó olvidarte aunque una vez lo hice jamás volví a sentir esa punzada en el pecho ni las mariposas en el estomago cuando te veía ni me volvieron a temblar las piernas cada vez que te veía puesto que ya realmente no te veo. No veo al chico que quise simplemente veo los restos de algo grande que se echo a perder a sí mismo. Ya no soy capaz de ver a ese chico que quise. Desde hace dos años no lo veo. Bueno, realmente sí nos hemos visto pero no nos hemos vuelto a mirar con la intensidad que lo hicimos en ese momento. Sí, efectivamente el momento en el cual te quise, ese en el cual hubiera hecho cualquier cosa por tu afecto o una simple sonrisa de felicidad por tu parte, pero no, no lo tuve jamás lo tuve. Para ti era menos que nada. Para ti era invisible. Para ti era una niña tonta que no sabía lo que quería. Para ti mis sentimientos eran solo una ilusión. Para ti yo nunca existí.
Tras dejara atrás esos sentimientos dejé caer un gran peso de mi alma y de mi corazón. Cayó al mar donde se lo llevó la corriente mar adentro. Allí de donde jamás debió salir. Allí a ese oscuro lugar llamado olvido. Ahí es donde se encuentran en este momento esos sentimientos. Después de ello, jamás volví a pensar en ti .Jamás volví a sentir aquello por ti. Jamás volví a enamorarme de la palabra "amar" porque jamás "me enamoré de ti" y eso lo aprendí con el tiempo. Me equivoqué. Jamás te quise, solo creí que eso era "amor". Jamás lo fue. Solo fue atracción que yo me esforcé en moldear para transformarla en "amor". Creí incluso tener los síntomas del "amor" jamás fue así. Me ilusionaba la idea de tener un "amor". La idea de "estar enamorada" y ser correspondida. Gracias a ti no cometí la mayor locura de mi vida. Dejarlo todo para tenerte a ti. Gracias de nuevo. Me hiciste  darme cuenta de que el amor es algo más que un físico. Es algo más que química. Es más que una conexión. Es mantener nuestros corazones conectados y latiendo a la vez. Tu corazón y el mío conectados por un sentimiento. Sentimiento de no solo de amor. El amor no es tan simple ni yo mucho menos. Somos dos maquinarias complejas que se unen por algo más complejo como es el amor. El amor no es solo amor, es todo a la vez. Es amor, es diversión, es alegría, es posesión, es euforia, es protección, es egoísmo, es compasión, es a su vez ira, es odio a pesar de su contrario.... y una infinitésima de adjetivos más porque el amor  provoca todos esos sentimientos. La pérdida de la figura amada. Mantenerla, protegerla, amarla como a tu propia vida.... todo eso es amor. Es algo más que simple amor.  Eso es lo que nos faltó, a veces el amor no es suficiente, a veces necesitamos que nos recuerden lo que es. Porque no es sencillo. Porque a veces se agota. Porque no conseguimos mantenerlo. Él para nada es sencillo. Es todo menos eso.
¿De qué me habría servido quererte? ¿Para qué? 

Eso fue todo lo que pensé cuando solté ese gran suspiro sentada en un banco viendo las olas romper. Mis penas se iban con ellas y me sentía mil veces mejor que como había llegado, por fin recordé donde estaba mi sitio y no era al lado de él. No le necesitaba ni él mucho menos a mí. Todavía me pregunto a día de hoy porque seguirá soltero. De su rechazo han pasado ya dos años. ¡Qué más da, la verdad! ¿¡Qué me importa!? Él sabrá. Sigue buscando una buena chica que le quiera, le comprenda y tenga gustos similares a él. Yo era todo eso. Luché por aprender todo lo que fuera capaz de sus gustos aunque no sirvió de nada. ¡Qué más da! Él perdió más que yo. Muchos como él hay. Como yo solo existo yo. Sé que soy diferente, sé que puedo ser demasiado rara o antisocial pero es algo con lo cual he luchado durante años. ¿Qué más da? Yo ya he luchado para combatirlo. Ya he avanzado. He cambiado. Ya no soy esa niñata que ni si quiera viste. Ya no soy esa niña tonta que persigue sueños imposibles, ya no soy la chica que hubiera hecho lo imposible porque te fijaras en ella. Ya no soy esa chica que solo buscaba tu  felicidad por encima de la suya propia. Ya no soy nunca más la chica que te quiso. Ya no soy esa chica. Ahora soy la chica que luchara por avanzar, por superar temores, por crecer, por las injusticias, por ayudar a aquellos que lo necesitan, por apoyar a todo aquel que lo necesite... Ya no soy más esa chica. Ya no. Ahora soy la chica que te hará sufrir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario